1. Caso
escogido.
En la actividad anterior escogí
el CASO 3, que ponía en alerta sobre la situación de aislamiento de tres
alumnos en un aula de 1º de ESO. Independientemente de los matices del caso,
que se analizaron en su momento, voy a centrarme en diseñar una intervención para
mejorar la situación social de estos alumnos.
2. Medida
organizativa.
Diseñamos una intervención
orientada a proporcionar a los alumnos la posibilidad de usar el tiempo de
recreo de otra forma, con la intención de favorecer la socialización y nuevos
vínculos entre el alumnado y ayudar a paliar la situación de aislamiento.
La propuesta se basa en usar
diferentes espacios del centro en la hora del recreo, cuidados por un profesor,
donde el alumnado que lo desee acuda a realizar actividades propuestas. En el
desarrollo de la propuesta indicamos las características del centro que nos
permiten realizarla.
Lógicamente, esta actuación se
realizaría como parte de un proceso más complejo que tendría que ver con el
análisis de cada caso, pero en este proyecto nos interesa concretar la
organización de lo que llamaremos Recreos
Inteligentes. Dado que en mi caso trabajo como orientador en el centro,
asumo que la intervención parte de ese puesto en la organización escolar.
3. Recreos Inteligentes. La propuesta
a.
Exposición en reunión de ciclo del proyecto
Antes de comenzar su desarrollo,
el proyecto será explicado por el Departamento de Orientación en una reunión a
todo el profesorado, buscando su implicación, solucionando dudas e
incorporando, si las hubiera, las sugerencias que se indiquen. Es importante
este paso, porque de lo contrario podría quedarse en un proyecto que solo
asumiera una parte de la comunidad educativa, con lo que su efectividad sería
muy limitada.
b.
Análisis del aula
Se parte de quiénes son los alumnos
en riesgo de aislamiento (en este caso, los números 7, 17 y 25). Aunque el
proyecto tratará de incluir al máximo número de alumnado, es prioritario que
estos se incorporen.
Sin embargo, dada la situación
delicada que pueden estar sufriendo, evitaremos en todo momento que se hable de
un recreo de integración u otra
opción parecida.
c.
Cuestionario de intereses
Desde el Departamento de
Orientación se entregará a los tutores un cuestionario de intereses para que lo
apliquen en su aula. En este los alumnos podrán optar por diferentes
actividades: actividades deportivas no habituales (ajedrez, voleibol, patinaje…),
artísticas (baile, actuación, interpretación musical…), plásticas (realización
de manualidades, cartelería, etc.), tecnológicas (trabajos con ordenador,
diseño gráfico…). Los alumnos consignarán su nombre en el cuestionario y sus
preferencias en una escala fácil de interpretar Me gusta mucho, me gusta un
poco, no me gusta).
d.
Recogida de datos
Una vez realizados los
cuestionarios, el Departamento de Orientación los recogerá y analizará,
concluyendo cuáles son las actividades más demandadas, cuáles son las
actividades que les parecen más atractivas a los alumnos 7, 17 y 25 y cuáles se
lo parecen a los alumnos prosociales que pueden ayudar a la mejora de la
situación social de aquellos.
Vistas estas preferencias, se
pasará al diseño de actividades y su organización en el tiempo de recreo.
e.
Organización del tiempo de recreo: recursos
personales.
En el centro donde trabajo hay un
profesor que cada día se encarga de mantener el cuidado de los pasillos y del
aula donde los alumnos que no pueden salir al patio pueden permanecer (alumnos
con escayolas que no pueden bajar bien las escaleras o alumnos que
ocasionalmente quieren hacer alguna tarea como carteles de convocatoria y
similares). La llamaremos aula de recreo.
Los Recreos Inteligentes
utilizarán este recurso personal, pero variando la organización de espacios, de
forma que el profesor ya no esté en el mismo aula, sino que el aula de recreo sea la que resulte más
adecuada a cada día.
La labor de este profesor será la
de mantener el espacio en las condiciones que se requieren en un centro escolar
(evitar desperfectos) y, en todo caso, mediar si hubiera algún conflicto.
Solo en algunas ocasiones, si el
profesor ha indicado que lo desea, organizará alguna actividad. Con esto
pretendemos entender que la carga de trabajo de los profesores no se vea
incrementada de forma cualitativa.
f.
Organización de actividades.
Dado que estamos diseñando un
proyecto, vamos a realizar un supuesto, de forma que pueda analizarse como si
fuera real. En nuestro supuesto hemos visto que hay alumnado interesado en
actividades dramáticas, de baile y plásticas. Además, es posible formar grupos heterogéneos
en estos ámbitos, donde pueden convivir alumnos con riesgo de aislamiento y
alumnos prosociales. Por eso, empezaremos proponiendo una actividad diferente
por día:
Lunes: taller de creación de audiolibros
(grabación de historias dramatizadas). Aquí aprovecharemos mi propia
experiencia como actor de doblaje de videojuegos, que los alumnos conocen y
puede ser una forma de engancharlos (
http://www.doblajevideojuegos.es/fichaactor/hector-checa).
Martes: juegos de mesa. El alumnado
podrá traer sus propios juegos y usarlos en el aula.
Miércoles: baile. Se pondrá a
disposición del alumnado un aula de mayor tamaño (situada en la misma plante de
ESO), la de Música, que dispone de un ordenador altavoces para que creen sus
propias coreografías.
Jueves: música. Se pondrá a
disposición del alumnado el mismo aula de música, que dispone de algunos
instrumentos (piano, percusión, flautas…). Además, se permitirá que el alumnado
traiga instrumentos de casa.
Viernes: trabajos plásticos. Se encargará
al alumnado un trabajo plástico por semana (en mi centro siempre hay carteles
por hacer, belenes que montar, elementos decorativos por realizar…)
Este programa se irá variando
cuando se estime oportuno.
Además, se podrá alternar con
actividades deportivas: en el caso de ajedrez, podrá organizarse un torneo si
hay suficientes alumnos. Este se realizaría en la biblioteca del centro, en la
que hay en el recreo otro profesor de guardia. En otros casos (voleibol), se
encargaría de la supervisión el profesorado que supervisa el patio.
Las actividades, en principio,
serán voluntarias, respetando al tiempo la necesidad de buena parte del
alumnado de disfrutar de juego libre en el tiempo de recreo.
4. Información
al alumnado y las familias.
Una vez decididas las actividades
y elegidos los espacios, el Departamento de Orientación entrará en las aulas
para explicar el proyecto (mi centro es de línea 2, por lo que es una tarea
asequible).
Además, se publicará en los
diferentes perfiles del centro la misma información (web, Facebook) y se
informará a las familias por medio de la plataforma digital, creando un aviso
que enviarán los tutores a los padres de su grupo (en el centro usamos una
plataforma digital para informar de incidencias, a la que los padres y madres
pueden acceder desde sus teléfonos móviles).
5. Seguimiento
y evaluación
Una vez al trimestre, en la
reunión oportuna de ciclo, se analizará el proyecto, atendiendo a los
siguientes criterios:
¿Participa el alumnado en riesgo de aislamiento
en el proyecto?
¿Han mejorado las interacciones del alumnado
señalado (comparten tiempo, conversaciones y juegos con sus iguales en más
ocasiones que antes de la intervención)?
¿Ha mejorado la posición social del alumnado
señalado (el alumnado comparte tiempo, conversaciones y juegos con un grupo
estable)?
¿Cuáles son las actividades con respuesta más
positiva?
¿Hay nuevo alumnado al que sería positivo
incluir en el proyecto?
¿Qué actividades deben mejorarse o sustituirse?
¿Qué problemas organizativos o de otra índole
tiene el programa?
En la memoria anual del centro,
en el apartado de evaluación del Plan de Convivencia, se aportará el resultado
de tales evaluaciones, incorporando el programa a la PGA del centro del curso
siguiente en el mismo apartado, con las modificaciones que se hayan producido.
6. Conclusiones.
Creo haber propuesto un proyecto
razonable, que se ajusta a la necesidad de mejora de la convivencia y situación
social del alumnado y que incluso puede mejorar aspectos más allá del caso de
los tres alumnos citados.
Además, los recursos que se
utilizan no difieren demasiado de los que se vienen usando en el control de los
recreos. Simplemente se reorienta la tarea de los profesores que cuidan los
espacios.
Por último, el plan sigue dejando
gran autonomía al alumnado, por lo que no es necesaria la creación de equipos
de coordinación especiales. En todo caso, es el Departamento de Orientación
quien se responsabiliza del proyecto, siempre con la ayuda del resto del
claustro.